Para Misako
A Misako le
sangraban todos los orificios de su cuerpo. Si ya se lo había dicho
San Siwon en aquel sueño que resultó ser premonitorio. "No mires a
Lee Joon a los ojos, no lo mires, ¡¡¡¡¡QUE NO LO MIRES!!!!!"
Aunque ella, por principios, era escéptica a seguir consejos nocturnos provenientes de un buenorro en calzoncillos rojos, un resquemor sordo se instaló en sus partes íntimas, así que el día del concierto decidió esquivar su mirada y en su defecto, centrarse en su cuerp...su voz. Al fin y al cabo, ella estaba allí única y exclusivamente por interés antropológico. Demostrar la teoría del kimchi. Estaba tan contenta con tal sabia decisión, estaba tan absorta con su ...su voz, que al primer -¡Oh yeah! ¡Oh yeah!- ¡Boooommmmm!, su determinación pasó a mejor vida e hizo contacto visual. La sucia sonrisa con la que la miró mientras desgarraba su camisa a un palmo de su nariz fue directamente proporcional a las salpicaduras de sangre que se mezclaron con su sudor. La joven se desmayó, como no podía ser de otra manera. "Jeje," pensó, "otra más y ya van diez en esta prueba de sonido".
Aunque ella, por principios, era escéptica a seguir consejos nocturnos provenientes de un buenorro en calzoncillos rojos, un resquemor sordo se instaló en sus partes íntimas, así que el día del concierto decidió esquivar su mirada y en su defecto, centrarse en su cuerp...su voz. Al fin y al cabo, ella estaba allí única y exclusivamente por interés antropológico. Demostrar la teoría del kimchi. Estaba tan contenta con tal sabia decisión, estaba tan absorta con su ...su voz, que al primer -¡Oh yeah! ¡Oh yeah!- ¡Boooommmmm!, su determinación pasó a mejor vida e hizo contacto visual. La sucia sonrisa con la que la miró mientras desgarraba su camisa a un palmo de su nariz fue directamente proporcional a las salpicaduras de sangre que se mezclaron con su sudor. La joven se desmayó, como no podía ser de otra manera. "Jeje," pensó, "otra más y ya van diez en esta prueba de sonido".
A Misako no le
gustó nada en absoluto que los de emergencias se la tuvieran que
llevar en camilla. Que no es que tuviera nada en contra de los
camilleros, no, pero es que ella estaba allí en calidad de
investigadora y no se podía permitir el lujo de desangrarse y
desmayarse delante de su objeto de estudio. A ver cómo justificaba
en el trabajo las facturas de las pastillas de hierro y el suero
fisiológico. Así que, horas después, armada con pañuelos de papel
y parapetada con su sombrilla, no le importó estar medio aplastada
por las hordas de blaquifanas contra la valla de seguridad en el
concierto: todo sea por la ciencia.
Se encendieron
las luces y salieron ellos. Las gradas se transformaron en un pandemónium y a Misako le crecieron los colmillos. "¡¡¡¡¡No lo mires, NO LO MIRES!!!!" resonó en su cabeza la voz de san Siwon.
Demasiado tarde. Pero esta vez ni el culo de Junho la sacaban de la
primera fila. Rauda y veloz, se taponó la nariz y los oídos con
kleenex, y asió fuerte la sombrilla. "Si mira hacia aquí, me
escondo tras el paraguas".
Mientras
tanto, en el escenario, se desarrollaba una cruenta batalla entre el
líder y Lee Joon. "Yo, amigos (rasgueo de guitarra española)",
sonrisa socarrona y dos más a la cuenta de desmayadas. "Kekeke, ya
le gano a hyung. ¿A quién de esas tres está mirando? ¿A
la mona con cara de ida, a la rubia alta que baila o a esa canosa con
cara de querer vomitar? Kekeke,
a la monosa. Pues
ahora me toca el -Oh yeah-, me subo la camiseta, y caen las
tres
como moscas. Ni canto, para qué, con tanto griterío". Ante
la mirada furiosa del líder, Lee Joon decidió que casi mejor si se
iba al otro extremo del escenario en busca de nuevas moscasvíctimas,
cuando de repente se fijó en una joven que lo atravesaba con la mirada, vestida de negro, con el
cabello largo y negroazulado, y con papel blanco saliéndole de los orificios nasales y orejiles. "Endevé,
¿qué clase de cossplay es esto?, -Oh
yeah!, oh yeah!-".
Su sorpresa fue mayúscula cuando, no solo no se desmayó, sino que
allí mismo, en medio de un círculo de fanas desfallecidas, abrió
una sombrilla y lo apuntó con ella. "¿Otoké? -¡Oh
yeah! ¡O yeah!-
¡Andué!,
esta no puede quedar en pie", y de un salto bajó del escenario
y se plantó delante de ella sin que el staff ni los de seguridad
pudieran detenerlo.
Con
una sonrisa felina y la camisa desabotonada ondeando al viento, el
ídol apartó delicadamente la sombrilla, hecho que tuvo como
consecuencia que Misako, con delicadeza también, se la estampara en
toda la cabeza. "¡Miané!, ¡miané!, ha sido un acto reflejo",
sollozaba Misako mientras le taponaba la herida de la cabeza con los
kleenex que segundos antes taponaban su nariz. "¿Miané?"
exclamó asombrado Joon. Era la primera vez en su vida que sus
abdominales no surtían efecto. "Umhhhh, interesante. Si quieres
disculparte sinceramente, ven después a la firma de autógrafos"
consiguió decirle antes que su manager lo cargara en su espalda y se lo llevara, ante las carcajadas del líder quien observaba
toda la escena desde el escenario. "Ya era hora de que alguien
le diera su merecido" se regocijó.
***
Sí,
ahí está, la
cosita esa negra y azulada. Justo
detrás de la alta, la bruja y la mona por la que bebía los vientos su hyung. Él
la miró con ojitos picaruelos y una sonrisa de oreja a oreja. Ella
le apuntó con su sombrilla. "Tú, fírmame ya la foto"
dijo desviando la mirada hacia el lunar del cuello. Él respondió
"shiró" y se relamió, espatarrándose en la silla y
entrecruzando las manos tras la cabeza. Ella le miró furiosa y él
la fulminó con la mirada. Luego,
perezosamente,
dibujó un corazón en su foto y apuntó su número teléfono.
"Llámame", susurró seductor, mientras le tendía el
autógrafo. Misako, temblorosa, tendió su mano y rozó sus dedos.
Miles de chispas saltaron, y
la torpeza de Lee
Joon hizo que la
fotografía volara
por los aires, cayendo limpiamente entre la multitud de blaquifanas
que esperaban impacientes su turno. Él se encogió levemente de
hombros con una sonrisa traviesa e inmediatamente fue bloqueado por
la siguiente niñata. "En fin, ¡qué le voy a hacer! Todo sea
por la causa", pensó, mientras su mente libidinosa divagaba
sobre la ropa interior que se iba a poner el día que quedara con él.
Pacientemente, esperó a que la marabunta se dispersara para buscar
la fotografía. "Aquí está", exclamó
alborozada, mientras los colmillos le crecían. Con toda la dignidad
que pudo reunir, se abalanzó para recogerla con el corazón
palpitante. "¡Será imbécil!, ¡yo para qué quiero una foto
del líder!" exclamó furiosa mientras rompía el papel en mil pedazos ante la mirada desencajada de la
extranjera bajita y mona.
Soy la anónima de antes. Que digo yo que me suena mucho este argumento, y me pregunto si no será que me ha copiado alguien que yo me sé... ¬¬
ResponderEliminarY lo peor es que encima se deja palota a sí misma, jajajaajaj... XD Penica de ti, Taesang1